¿Se puede cambiar el apellido de un niño sin adopción?
Breana Te-Sha Marshall vive con su madre, pero lleva el apellido de su padre. Su madre, que nunca estuvo casada con su padre, solicitó a un tribunal de Nueva York permiso para cambiar el apellido de su hija por el suyo propio, Jeanty.
El tribunal señaló que, según la legislación neoyorquina, «ninguno de los progenitores tiene un derecho superior a determinar el apellido de un hijo». Pero aun así denegó la petición de la madre de Breana, alegando que el padre de Breana no había hecho nada lo suficientemente malo como para renunciar a su derecho a transmitir su apellido.
La patronimia es la práctica de dar a los hijos el apellido de sus padres. En Estados Unidos, la tradición del patronímico está muy arraigada. Pero la tradición no es universal ni de origen antiguo. (Algunos países, como España, siguen una tradición matronímica).
Antes del siglo XVI, en Inglaterra, por ejemplo, los apellidos no descendían por herencia. En su lugar, un individuo adoptaba su apellido voluntariamente o sus vecinos se lo conferían. Los apellidos solían ser descriptivos. (Un obrero cualificado podía ser conocido como «Goldsmith»; el hijo de John podía ser conocido como «Johnson»).
¿Puedo cambiar mi apellido por el de mi padrastro?
Últimamente me han dicho que algunos padres se sienten amenazados por el padrastro o la madrastra de sus hijos. Padres, no estáis siendo sustituidos. Si sentís que os han sustituido, es porque no estáis dando lo mejor de vosotros mismos a vuestro hijo. Los celos sólo aparecen cuando los padres no se comportan y actúan en beneficio de sus hijos.
El papel de un padrastro o madrastra no es sustituir a los padres, sino aumentar la familia. No todos los padrastros querrán a su hijastro como si fuera el suyo propio, pero sí querrán y respetarán a tu hijo. Por otro lado, algunos padrastros también querrán al niño como si fuera suyo. No importa cómo lo veas, el padrastro o la madrastra está en esto a largo plazo. Se trata de un trabajo en equipo y debes estar agradecido de que haya otro adulto que forme parte de la familia y tenga los mismos objetivos que tú: ayudar a criar al niño en un entorno sano.
El papel de los padrastros es cuidar del niño, hacerle sentir especial, hacer todo lo posible para que el niño entienda que es importante, respetarse mutuamente y mucho más. De este modo, el niño entenderá que se le valora y que es importante en la familia ensamblada.
¿Puedo cambiar el apellido de mi hijo en el colegio?
Cuando se divorcia del cónyuge cuyo apellido llevó al altar, es muy posible que quiera recuperar su apellido de soltera. Cambiarse el apellido tras el divorcio (sobre todo si no tuvo hijos que compartan el apellido) corta por completo los lazos y le permite seguir adelante con su vida.
Kareem Abdul-Jabbar, Muhammad Ali y todos los Papas más recientes cambiaron sus nombres por motivos religiosos. Los nuevos nombres reflejan su conexión con la fe al hacer referencia a quienes les han precedido en la fe.
Todos recordamos al niño del colegio que se quejaba cada vez que un sustituto intentaba pronunciar su nombre. Para algunos, esas dificultades se prolongan hasta la edad adulta y se convierten en la motivación para cambiar de nombre. Simplificar la ortografía o la pronunciación suele facilitar que la gente recuerde tu nombre. Es el caso de Jennifer Aniston, que nació como Jennifer Anastassakis, y de Helen Mirren, que nació como Ilyena Lydia Vasilievna Mironov. Katy Perry, por su parte, cambió su nombre por el de Katheryn Elizabeth Hudson para que no la confundieran con la actriz Kate Hudson. En cualquier caso, su cambio de nombre estuvo motivado por la simplificación.
¿Puedo cambiar el apellido de mi hijo por mi nuevo apellido de casado?
Los padres biológicos del niño se casaron el 18.12.2003. El 27.03.2006 nació un niño fuera del matrimonio. Sin embargo, lamentablemente, el padre falleció el 14.06.2006, cuando el niño en cuestión sólo tenía 2 ½ meses. Al cabo de poco más de un año, la madre se casó con un comandante de ala de la FAI. Fruto de este matrimonio, la pareja tuvo un hijo y viven juntos. En la actualidad, el niño sigue siendo menor y tiene 16 años y 4 meses.
El Tribunal Superior ordenó a la madre que restituyera el apellido y el apellido paterno del niño en un plazo de tres meses a partir de la fecha de recepción de una copia de la orden. Es interesante señalar que tanto el Tribunal de Primera Instancia como el Tribunal Superior habían coincidido en que la madre es la tutora natural del niño tras el fallecimiento del padre.
El Tribunal Supremo discrepó enérgicamente de la sentencia del Tribunal Superior y sostuvo que, tras el fallecimiento de su primer marido, siendo la única tutora natural del niño, era incomprensible cómo se podía impedir legalmente a la madre incluir al niño en su nueva familia y decidir el apellido del niño.