Cuando una persona fallece que pasa con sus cuentas bancarias

¿Se puede utilizar la cuenta bancaria de un difunto para pagar su funeral?

Cuando fallece un amigo íntimo o un familiar, hay muchos cabos sueltos que usted puede tener la responsabilidad de resolver. Uno de ellos puede ser el cierre de sus cuentas bancarias (como cuentas corrientes, de ahorro, certificados de depósito, etc.), especialmente si esos fondos son necesarios para pagar los gastos del funeral o para saldar las deudas pendientes del fallecido. Cerrar una cuenta bancaria en estas circunstancias no siempre es un proceso sencillo, pero puede serlo con la documentación adecuada.

A veces, un banco puede abrir una cuenta corriente como cuenta de pago en caso de fallecimiento (POD, Payable-on-death).2 En este tipo de cuenta, el titular designa a un beneficiario que heredará el dinero que haya en la cuenta tras el fallecimiento. El beneficiario no tiene derecho al dinero de la cuenta mientras el titular esté vivo, pero se convierte automáticamente en titular de la cuenta tras el fallecimiento del titular original.

Los poderes son herramientas importantes, pero no pueden utilizarse para cerrar una cuenta bancaria después de que alguien fallezca por la sencilla razón de que un poder caduca una vez que fallece el poderdante (la persona que otorga la autoridad a otra).3

Qué ocurre con su dinero cuando fallece sin testamento

La forma más fácil de traspasar su cuenta bancaria a sus herederos tras su fallecimiento es nombrar beneficiarios en caso de fallecimiento (POD) o transferencia en caso de fallecimiento (TOD) en sus cuentas. Los beneficiarios POD difieren de los beneficiarios normales en algo muy distinto. Si fallece sin dejar testamento, la sucesión se declara intestada y pasará al proceso sucesorio en lugar de ir directamente a sus beneficiarios. Si quiere que el dinero llegue a sus supervivientes de la forma más sencilla, rápida y menos estresante posible, debe evitar la legalización testamentaria en la medida de lo posible.

Una vez que haya nombrado a un beneficiario con derecho a percibir una prestación en caso de fallecimiento, éste no tendrá acceso directo a su dinero hasta que usted fallezca. Usted puede cambiar en cualquier momento el beneficiario designado.  Esta opción suele denominarse «fideicomiso de los pobres», ya que básicamente actúa como un fideicomiso que transfiere fácilmente el dinero a la persona que usted designe.

Si ha designado a alguien como beneficiario del pago en caso de fallecimiento en su cuenta, después de su fallecimiento, lo único que tendrá que hacer para acceder a los fondos de la cuenta es presentar un documento de identidad válido y una copia de su certificado de defunción.

Cuándo informar al banco del fallecimiento

Cuando fallece uno de nuestros seres queridos, nos encontramos con la inesperada tarea de atender sus últimas voluntades, y también de ordenar sus finanzas, incluido el reparto del dinero que haya depositado en cuentas bancarias.

Si usted es el heredero, debe obtener información sobre esas cuentas (movimientos, domiciliaciones, etc.) y asignar el saldo. Es normal que en estos momentos difíciles surjan todo tipo de dudas. Intentaremos responder a las más frecuentes:

En cualquier caso, antes de acceder, los bancos pueden exigir a los herederos que acrediten el pago del impuesto de sucesiones, o su exención del mismo, para evitar cualquier responsabilidad secundaria. En este caso, la entidad no puede congelar el saldo total de la cuenta, pero sí retener la cantidad correspondiente para el pago del impuesto.

¿Qué ocurre con la cuenta bancaria cuando alguien fallece sin beneficiario?

El viejo refrán dice: «No te lo puedes llevar contigo», pero deja la pregunta en el aire: ¿Qué ocurre con las cuentas bancarias que uno deja atrás? La respuesta depende de varios factores, entre ellos si la cuenta es conjunta, si hay testamento y si se nombra a un beneficiario. Para los allegados del fallecido, he aquí algunas circunstancias a tener en cuenta y qué hacer cuando fallece el titular de una cuenta.

Muchos bancos permiten a sus clientes nombrar un beneficiario, lo que a veces se denomina cuenta pagadera en caso de fallecimiento o transferible en caso de fallecimiento. Si el titular de la cuenta designa a alguien como beneficiario, el banco entrega los fondos a la persona designada en cuanto se entera del fallecimiento del titular. Después, la entidad financiera suele cerrar la cuenta.

Si el titular de la cuenta no nombró a ningún beneficiario, el proceso puede ser más complicado. El albacea, que administra la herencia de la persona fallecida, pasa a ser responsable de utilizar el dinero para pagar a los acreedores y dividir los fondos restantes según el testamento del difunto.

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