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Aunque algunos estudios intentan caracterizar la prevalencia de la acusación falsa de violación, según un libro de 2013 sobre victimología forense, el porcentaje real sigue siendo desconocido debido a las diversas definiciones de «acusación falsa»[1].
Las tasas de acusación falsa a veces se inflan o tergiversan debido a la confusión con términos como infundada. Estas denominaciones, que permiten a las fuerzas del orden cerrar los casos sin llegar a una conclusión, se utilizan para describir denuncias sin pruebas suficientes, en contraposición a los casos en los que el acusador no es creíble o dice que el relato es falso[2].
En relación con el racismo en Estados Unidos, se han producido acusaciones falsas de violación por parte de mujeres blancas contra hombres afroamericanos, al tener los blancos mayor influencia en el sistema judicial, lo que a menudo ha dado lugar a condenas erróneas[3][4][5] Estos incidentes han dado lugar históricamente a actos de violencia extrajudicial, como linchamientos.
Un acusador puede tener varias motivaciones para afirmar falsamente que ha sido violado. Hay desacuerdo sobre el número de categorías en que pueden clasificarse. Kanin (1994) las clasificó en tres: venganza, producir una coartada o conseguir simpatía/atención.[8] La autora Sandra Newman enumeró cuatro categorías en 2017.[9] Según De Zutter et al. (2017), la división de Kanin es inadecuada y se deberían reconocer ocho categorías distintas en total:[8]
Fiscalía de la Corona
ResumenEl hecho de centrarse en tratar de establecer la tasa de prevalencia de las denuncias falsas de agresiones sexuales está desviando la atención de un análisis más profundo de lo que significa realmente el término denuncias falsas y de cuáles son sus implicaciones para la justicia penal y la política social. Sin una definición y clasificación coherentes de lo que es una denuncia falsa y sin una consideración más amplia de los factores sociales que llevan a alguien a hacer una denuncia falsa o a alguien a etiquetar una denuncia como falsa, habrá pocas posibilidades de avanzar hacia una imagen real de las denuncias falsas.En cambio, un análisis de los contextos culturales, los roles de género y las creencias incorrectas sobre la agresión sexual, puede contribuir a una respuesta social más útil a las denuncias de agresión sexual.
En el momento de redactar este informe, Liz Wall era investigadora oficial de ACSSA y Cindy Tarczon era investigadora oficial de ACSSA en el Instituto Australiano de Estudios sobre la Familia.
Acusaciones falsas
Con el juicio Johnny Depp-Amber Heard en marcha en Fairfax (Virginia), una experta en víctimas masculinas de la violencia doméstica trata de abordar las ideas erróneas sobre los hombres víctimas de malos tratos y el papel que pueden desempeñar las falsas acusaciones en la violencia de pareja (VPI). Denise Hines, profesora asociada de Trabajo Social en la Universidad George Mason, situada justo al final de la calle del juicio, es una de las mayores expertas mundiales en violencia de pareja y falsas acusaciones de malos tratos en grupos de supervivientes poco reconocidos.
Aunque Hines no está directamente implicada en el caso ni tiene conocimiento directo de las alegaciones de ninguna de las partes ni de su culpabilidad, Hines considera que ésta es una oportunidad importante para debatir las ideas erróneas sobre los varones como víctimas de malos tratos y las falsas alegaciones de violencia de pareja.
¿Cuán comunes son las denuncias falsas de violencia doméstica? Nuestra investigación muestra que las amenazas de hacer acusaciones falsas son comunes en situaciones en las que las mujeres ejercen violencia contra los hombres. El 73% de los hombres que sufrieron violencia perpetrada por una mujer declararon que su pareja les amenazó con hacer acusaciones falsas, frente a menos del 3% de los hombres de la población general. Entre los hombres que sufren violencia perpetrada por una mujer, el 56% afirma que su pareja femenina llegó a acusarla falsamente de haber abusado física o sexualmente de ella, frente a menos del 1% de la población general.
Denuncia policial falsa por violencia doméstica
El tema de las denuncias falsas por violación está rodeado de ansiedad, confusión e incomprensión. A pesar del creciente número de investigaciones de calidad, sigue habiendo importantes lagunas en nuestros conocimientos sobre el tema, incluido el fenómeno de las denuncias falsas más allá de la violación y otros delitos sexuales. El propósito de este artículo es tratar de profundizar en nuestra comprensión mediante el examen de un conjunto único de datos que comprende 701 casos de personas que afirman haber sido objeto de acusaciones falsas de violación, abuso sexual infantil, abuso/negligencia infantil y otras formas de delito. Este artículo pretende ofrecer una visión de la naturaleza y las características de estas acusaciones y explorar las implicaciones de los datos para varias cuestiones de investigación y política. También se examinan críticamente algunas de las publicaciones y afirmaciones académicas actuales en este ámbito, en particular en torno a la prevalencia de las denuncias falsas y se critican las afirmaciones de que el debate sobre este tema es peligroso y es mejor evitarlo. Por último, el artículo establece una futura agenda de investigación en la que puedan estudiarse detenidamente las complejas cuestiones que plantean las denuncias falsas y comprenderse mejor la magnitud, el impacto y las vías de acusación.