El despido disciplinario es el término que se utiliza a menudo para sugerir la terminación de la relación laboral por mala conducta o incumplimiento del contrato de trabajo.
Los tribunales españoles han considerado que las siguientes situaciones pueden considerarse motivos válidos para un despido disciplinario bajo este concepto:
- Ausencia o tardanza repetida e injustificada en el lugar de trabajo.
- Conducta insubordinada o desobediencia en el lugar de trabajo.
- Abuso verbal o físico dirigido al empleador o a cualquier otra persona empleada en la empresa.
- Incumplimiento del deber contractual de buena fe y abuso de confianza en el cumplimiento de las obligaciones.
- Incumplimiento continuo del trabajo asignado.
- Embriaguez habitual o drogadicción si afecta negativamente al rendimiento en el trabajo.
- Acoso por motivos de raza, o étnicos, de origen, creencia religiosa, convicción, discapacidad, edad u orientación sexual.
- Mala conducta sexual contra el empleador o cualquier otra persona empleada en la empresa.
Esta lista de motivos no es de ninguna manera exhaustiva y cada caso debe ser evaluado por sus propios hechos y méritos.
Qué pasos hay que seguir en caso de despido disciplinario?
Los pasos a seguir en caso de un despido de tipo disciplinario son:
- El empleador debe emitir una carta de despido, que debe ser entregada al empleado afectado, informándole de la terminación de la relación laboral, la fecha efectiva de la terminación y exponiendo las razones del despido disciplinario (Es importante que el empleador exponga las razones y causas de la acción de despido en detalle, ya que la carta de despido puede ser usada más tarde en el juzgado como evidencia)
- Si la acción de despido basada en razones disciplinarias es justa, no hay necesidad de que el empleador pague una compensación al empleado afectado.
- En caso de un despido disciplinario, el empleador no tiene la obligación legal de dar un aviso previo o un período de aviso antes de la fecha de terminación efectiva. La acción puede ser inmediata.
Sin embargo, cabe señalar que un despido basado en motivos disciplinarios debe iniciarse en un plazo de 60 días a partir de la fecha en que se observaron o descubrieron los motivos por primera vez y, en cualquier caso, en un plazo máximo de 6 meses a partir de la fecha en que se produjo la falta disciplinaria.